Hoy en día es mucho más sencillo realizarse tatuajes que después queremos que desaparezcan. Para eliminar un tatuaje en su totalidad es posible con un tratamiento adecuado, desde Clínica Obrador realizamos la eliminación de tatuajes con el láser Q-Switch, uno de los más innovadores del mercado.
El láser Q-switch es un tratamiento altamente seguro y eficaz, tanto para los tatuajes amateurs como para los más profesionales, una de sus ventajas es que se puede realizar sin necesidad de anestesia.
Este, funciona con pulsos de disparo de nanosegundos, logrando así que la energía lumínica impacte sobre la piel tatuada penetrando profundamente y sin dañarla. Las partículas de tinta se rompen y crean partículas microscópicas que son fácilmente absorbidas por el propio sistema inmunológico de nuestro cuerpo.
El número de sesiones necesarias para la eliminación de tatuajes dependerá de una serie de factores como el tamaño, la localización, y el tipo de pigmento.
El tamaño del tatuaje será importante, ya que cuanto más grande sea más tardará en eliminarse, es por eso que los tatuajes pequeños requerirán menos sesiones para su eliminación.
La localización puede favorecer o entorpecer la desaparición del tatuaje, además de que es un factor que determina la profundidad a la que llega la tinta en la dermis.
Las zonas en las que la piel es más fina son las que precisan menor número de sesiones (cabeza, cuello, escote femenino, muñeca) mientras que en zonas como piernas, brazos y espalda, la tinta del tatuaje se encuentra a mayor profundidad y la piel es más gruesa, por lo que requiere un mayor número de sesiones.
Es importante saber que hay diferentes calidades de tinta. La pigmentación del tatuaje a eliminar es uno de los factores determinantes.
Los pigmentos negros o azul oscuro son los que mejor responden al láser. Por otro lado, aunque el pigmento de color rojo responde bien al láser, tarda más en desaparecer.
Finalmente los pigmentos de colores son los más difíciles de eliminar, sobre todo los más claros como los amarillos y blancos. Todo dependerá siempre de la cantidad de óxido de titanio o zinc que estos contengan.
La regularidad de las sesiones recomendada son cada 4 ó 6 semanas, siempre adaptándonos a nuestro cliente, pero para que el proceso de eliminación no se ralentice lo mejor es no dejar pasar más de 8 semanas entre sesión y sesión ya que los resultados tardarán más en verse.
Los cuidados posteriores también determinarán la eliminación del tatuaje, ya que cuanto más cuidemos la piel después del tratamiento, más probabilidades hay de que se elimine completamente.
Para mejorar los resultados se puede mezclar aceite de rosa mosqueta y aloe vera con la crema específica para hidratar la piel una vez pasadas las tres primera semanas.
Debes estar conectado para publicar un comentario